“Carina era agresiva y trataba de prostituta a Florencia”
Lo dijo Ester Manzo, madre de Lucas Gómez, en su testimonio ante la Justicia. La mujer detalló la intimidad de la familia, el trato que tenía la pareja con sus hijos y los momentos previos a la detención de su hijo.
En las últimas horas se dio a conocer el auto de procesamiento de Di Marco, donde se muestran los testimonios y las pruebas que dieron a la jueza Virginia Palacios, los fundamentos necesarios para detener al padrastro y a la madre de Florencia.
En el documento se muestran las palabras de Ester, quien explicó que Carina era “muy agresiva” con su hija. Al parecer la trataba de “prostituta” y le decía palabras “que dan vergüenza repetirlas”.
Esa actitud generó un conflicto constante al punto de “no saludarse”. “Con ella nos vivíamos peleando”, dijo la madre de Gómez.
La familia Di Marco comenzó a vivir bajo el mismo techo cuando Florencia tenía cerca de tres años. Estaban todos en el mismo terreno de la casa de Manzo, en la provincia de Mendoza, pero la pareja vivía en un salón al fondo.
Si bien no estaban junto a la madre de Lucas, el hecho de compartir el terreno y el baño, le permitió percibir algunos comportamientos.
“La nena es muy rara”, le decía Ester a Lucas.
Cuando él se bañaba, Florencia le acercaba la ropa y entraba a la habitación. Al salir de ducharse, su padrastro ingresaba al dormitorio y cerraba la puerta. “Yo no sé si mi hijo estaba envuelto con un toallón o no”, dijo Manzo.
En algunas oportunidades le preguntaba a Florencia por qué le llevaba la ropa, y la adolescente contestaba: “No sé, me mandó a mí”. También le consultó a su hijo sobre ese comportamiento y él le contestó: “No pienses mal, yo tengo respeto”.
Carina estudiaba en un colegio nocturno, cuando Florencia tenía entre ocho y nueve años. En ese tiempo “dejaba a sus hijos encerados” en el salón del fondo, desde las 19 hasta las 23.
“Florencia lloraba porque sus hermanos la hacían rabiar”, agregó.
“Abuela, yo me quiero ir con vos, no me gusta estar acá, no me gusta estar en la escuela”, le decía Florencia.
También describió a la pareja como personas “poco cariñosas” con sus hijos. Lucas “no era cariñoso, solo los llevaba a todos lados, pero no demostraba afecto”, explicó.
Luego comentó que cuando sucedió la tragedia, antes de que Gómez estuviera detenido, vino a San Luis con Silvio, otro hijo.
En ese momento Lucas “no decía palabras, se la pasaba apoyado en la mesa con la cabeza entre los brazos”, recordó.
Cuando ya habían encontrado el cuerpo “Carina estaba como si nada, no se le movía un pelo”. “Yo en una situación así me muero”, concluyó Ester Manzo.